Se trata de datos que podrán ser utilizados en el futuro para mejorar la eficiencia de los cultivos y las propiedades nutricionales y medicinales de esta planta, cuya producción anual mundial se ha multiplicado por más de cuarenta veces en las últimas dos décadas y hoy excede los 14.4 mil millones de dólares.
Durante el año 2014 – Un equipo internacional de investigadores, entre los cuales se encuentra un grupo de científicos de la Universidad de California, secuenció el genoma del chile serrano. La nueva información obtenida, arroja luz sobre los aspectos biológicos que ofrecen a esta variedad su famoso y único sello distintivo, el sabor picante, además de proporcionar detalles sobre los mecanismos de maduración y resistencia a las enfermedades.
Algunos puntos destacados de la secuenciación ya fueron publicados en forma preliminar en la revista Nature Genetics. Los investigadores secuenciaron una variedad «domesticada» de este chile proveniente del estado mexicano de Morelos. La variedad, conocida como Criollo de Morelos 334 (CM-334), presenta altos niveles de resistencia a la enfermedad y ha sido ampliamente utilizada en la investigación científica y en la agricultura.
El trabajo reveló que los bloques de genes aparecen casi en su totalidad en las mismas localizaciones cromosómicas de los parientes más cercanos del chile serrano, como el jitomate, otro producto que se originó en México. El genoma del chile, sin embargo, resultó ser 3.5 veces mayor que el genoma del jitomate. La secuenciación también proporcionó datos que sugieren que lo picante del chile haya surgido a través del desarrollo de nuevos genes.